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lunes, 2 de marzo de 2015

Guía para obsesionarte en 5 pasos


Foto: Shutter stock

He aquí una guía para que consigas obsesionarte fácilmente. ¿Por qué no? ¿Acaso no es lo que siempre has querido? Tendrás tu cabeza ocupada, de hecho, podrás hacer poco más que pensar. Podrás dejar de dormir, alterar todos tus hábitos e incluso llegar a sentir esa sensación de ahogo en el pecho... Adelante:

-Intenta controlar lo incontrolable.  El comportamiento de los demás, lo que puedan pensar de ti, cómo debería funcionar el mundo… todo aquello que no dependa  al 100% de tu actuación tendrás que hacer por manejarlo, cuanto menos a tu alcance, más cerca estarás de este objetivo. 


-Piensa mucho. No pares de pensar, sobre todo cuando no vas a llegar a ninguna conclusión, a ninguna  decisión, ni ello hará que mejores tu ejecución. Se trata de darle vueltas a algo irresoluble, a algo ya ocurrido o incontrolable. Por ejemplo, puedes intentar responder dudas filosóficas (el sentido de la vida….) pero siempre con la perspectiva de encontrar la respuesta correcta. Reflexiona, dale una vuelta más, plantéate hipótesis sin parar, lo que podrías haber hecho, lo que harás, lo que debería ser, el sentido real… llena la incertidumbre con todo tipo de explicaciones, cuanto más lejanas y contrarias a la evidencia que tienes, mucho mejor. 

 -Anticípate a lo peor. Piensa en lo que aún no ha ocurrido y genera planes para la circunstancia más negativa posible.  Intenta predecir cualquier cosa: la reacción de los demás, si te contaminas, si enfermas o mueres, si tu actuación será válida, si esa decisión será correcta… ¡lo que sea! Pero siempre sin datos suficientes que apoyen tu hipótesis. Recuerda que lo más importante es que pienses en lo malo que podría ocurrir. Porque claro, ¿y si ocurre qué? ¿Voy a estar mientras yo tan tranquilo, pensando en otras cosas y disfrutando? Error, mejor ir poniéndome ya en lo peor. Si la probabilidad de algo es distinta de cero, aunque sea muy pequeña… ¡es igual,  preocúpate! ¿Es imposible que caiga un meteorito? No, pero tampoco hay garantía absoluta de ello porque la probabilidad es distinta de cero.  ¿Es imposible que suspenda, que tenga una enfermedad, que le pase algo a un ser querido? Entonces no pienses en otra cosa que no sea en esa posibilidad, por pequeña e insignificante que sea. Es más, ve pensando ya en el plan que vas a hacer cuando eso ocurra. ¡Ah! y también en lo que pasará después de eso y en lo siguiente.

-No actúes, mejor imagínatelo. No se te ocurra probar “a ver qué pasa” con algo, ¡porque podrías equivocarte! Mejor quédate pensando en todas las posibilidades una y otra vez. Imagínalo con detalle, tal y como si lo estuvieses viviendo, con todo lujo de detalles, esfuérzate porque tendrás que llegar a sentir verdadero agobio. Pongamos que en un mes tienes una exposición, te acaban de decir que tienes que hablar en público y te evaluarán. Pues empieza ya a pensar en lo peor: se te olvida el trabajo en casa, te trabas, te quedas en blanco, la gente se ríe de ti, se dan cuenta que realmente no sabes tanto como sabes… Cualquiera de estas cosas podría pasar, no lo dudes, así que a hacer ensayos de imaginación en los que fallas una y otra vez. Pero intenta esforzarte, por favor, si no sientes ansiedad no vale. 

-Comprueba. Con la de cosas horribles que podrían ocurrir… más vale que seas precavido. Asegúrate de lo que has hecho o incluso intenta hacer algo para remediar lo que pasaría si eso ocurriese… Podrías haber fallado y no haber cerrado el coche, apagado el gas, haber cogido ese documento tan importante, las llaves de casa, a lo mejor no has puesto el despertador, etc. Cualquier cosa se te puede haber escapado, asegúrate de que está todo en orden porque las consecuencias podrían ser catastróficas. Y aún más importante… Aunque hayas comprobado una vez… al menos comprueba otra más, ¿no? ¿Y si te ha traicionado tu memoria?

Esta parodia sobre las obsesiones tiene como objetivo mostrarte cómo tú mismo puedes modificar tu comportamiento en cualquier sentido y llamarte la atención sobre alguna de estas actuaciones… porque, quizá,  hayas caído en alguna de ellas alguna vez. ¿Hacia dónde quieres dirigirte? Tienes las riendas de cómo decides estar en el mundo… Estas son algunas pautas para no seguir, siempre que tu objetivo sea vivir feliz.

Autora: Rebeca Pardo Cebrián.

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